El arte de sanar con plantas

El arte de sanar con plantas

Desde tiempos ancestrales, las plantas han sido nuestras aliadas más fieles. Antes de que existieran los laboratorios y las farmacias, las mujeres curaban con lo que la Tierra les ofrecía: raíces, hojas, flores, cortezas. Sanaban desde la intuición, la observación y la memoria compartida.

En Matria creemos que sanar con plantas - no es solo una práctica terapéutica, sino un acto de memoria, resistencia y creación-. Es volver a escuchar los ritmos del cuerpo, respetar los ciclos naturales y honrar los saberes que fueron perseguidos, silenciados o descartados por la historia oficial.

Sanar con plantas es también un arte. No hay una receta universal: hay cuerpos únicos, estaciones cambiantes y contextos personales. Por eso trabajamos con tinturas, infusiones y fórmulas que respetan tanto la tradición herbolaria como las necesidades modernas.

Nos inspiramos en principios como:

•La energía de las plantas: ¿Son frías o calientes? ¿Secas o húmedas? ¿Tonifican o relajan?

•El ritmo de la Tierra: Algunas hierbas florecen en primavera y limpian, otras protegen en otoño y calientan en invierno.

•La sabiduría del cuerpo: El cuerpo sabe lo que necesita, solo hay que volver a escucharlo. Las plantas ayudan a afinar ese lenguaje.

Pero también creemos que sanar con plantas es un acto profundamente político.
Es recuperar soberanía sobre nuestros cuerpos y nuestros ciclos.
Es decir “no” a los sistemas que nos han enseñado a desconectarnos del dolor, del placer y de los ritmos naturales.
Es volver a confiar en la medicina que crece cerca, que no contamina, que se comparte, que se honra.

En nuestras prácticas cotidianas, desde preparar una tintura hasta envolver un pedido, sembramos intenciones: que cada frasco lleve consigo un mensaje de cuidado, de autonomía, de pertenencia a algo más grande que nosotras.

Elegimos sanar con plantas porque creemos en un bienestar que no dependa de químicos sintéticos, que no destruya ecosistemas, y que no niegue la conexión entre lo físico, lo emocional y lo espiritual.

Porque sanar así es también una forma de cuidar al planeta.
Y, sobre todo, una forma de volver a nosotras.

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